Estaba caminando por la playa, observaba
el mar y respiraba la suave brisa. De pronto se desató una
feroz tormenta que poco a poco me fue atrapando. Mientras se
desarrollaba, intenté avanzar en contra de ella,
enfrentándome directamente a la fuerza del viento, sintiendo
el azote del agua y la arena en mi cuerpo.
En cierto momento, la fuerza de la tormenta no me permitió
avanzar más, la lluvia y el potente viento me obligaron a
cerrar los ojos y protegerme el rostro con las manos. Cuando
me di cuenta que no podía seguir avanzando, me senté en la
arena dándole la espalda a la tormenta para protegerme. Sin
alternativa, pasé la noche entera en posición fetal,
cubriéndome lo mejor que pude. No luché contra la fuerza de
la tormenta, me quedé en posición fetal y soporté
estoicamente las arremetidas de la endiablada tormenta.
Cerca ya del amanecer, cesó poco a poco, el cielo se despejó
y salió el brillante sol, quedando como residuo de la
terrible tormenta, un suave viento que recorría la playa,
arrastrando las arenas. Y allí estaba yo, completamente
exhausto y asustado. Me levanté por un momento y estiré los
músculos; pero me sentía indescriptiblemente cansado, tanto
que sin poder evitarlo, descansé sobre la playa, estiré mis
miembros para relajarme, cerré los ojos y me dejé llevar por
el descanso, procurando dormir.
Mientras dormitaba, el viento se transformó en una suave y
tibia brisa que acariciaba mi cuerpo y mente. Pronto, la
grata brisa trajo hasta mis oídos una suave melodía que
acarició mi espíritu, pude percibir que las arenas de la
playa cubrían poco a poco mi cuerpo. Estaba tan cansado, tan
relajado y tan embelesado con la música que llegaba hasta mí
a través de la brisa, que no me percaté que las arenas me
cubrirían poco a poco.
No valía la pena abandonar tal estado y retornar al
aparatoso mundo. Permití que las arenas me cubran poco a
poco, mientras quedaba completamente dormido y me
transportaba a un mundo mejor, llevado por las ondas de
colores, que llegaban con el viento en forma de suave música
hipnotizadora.
FIN.
David Concha Romaña
2006
"Se Aproxima La Tormenta”.
Luis Gonzales Martinez. España