Una noche de sábado, estábamos con mi
novia viendo películas y conversando, pasando inolvidables
momentos de ternura y amor. En cierto momento, ella me
comunicó que tenía que realizar un viaje, pues había tomado
una importante decisión. Antes de viajar quería visitar la
fortaleza de Saqsayhuamán. Me pidió que la lleve al día
siguiente. “Quiero tocar las piedras y tomarme fotos. La
fuerza de las piedras del parque me ayudará”. Me dijo con
expresión resuelta.
Al día siguiente, preparamos un refrigerio ligero y nos
fuimos a Saqsayhuamán. Al llegar, caminamos y caminamos por
todo el conjunto arqueológico. Mientras caminábamos la vi
tocar una y otra vez las piedras, tomarse fotos con ellas y
sentirse bien en medio del conjunto arqueológico. Cerca del
medio día nos detuvimos a tomar nuestro refrigerio. Mientras
lo disfrutábamos, yo le hablaba de mis planes para nuestra
boda, la luna de miel, el departamento y todo eso. Ella
sonreía complacientemente y me acariciaba la cabeza de rato
en rato. Me decía que la fuerza que emana de Saqsayhumán la
había llenado de valor y energía, y entonces sería capaz de
realizar ese viaje sin temores. La escuché atento y
asombrado, pues mantenía un aire de misterio que no había
visto antes en ella. “Serán las cosas de su profesión” -Pensé-,
mientras mi mente volaba en locas ilusiones de amor.
En cierto momento, mientras descansábamos sentados sobre una
de las grandes piedras, se acercó un guía de turistas. Nos
pusimos a conversar, le invitamos unas frutas y entonces le
pregunté:
-Amigo dígame, ¿Cuál es el origen de Saqsayhuamán? ¿Realmente
lo construyeron los Incas?
-¡Cómo saberlo! -Me contestó moviendo la cabeza y los brazos-.
Hay tantas y tantas teorías que uno ya no sabe en quien
creer. Lo más probable es que sea anterior a la época Inca.
Si los españoles ignorantes no lo hubieran destruido tanto,
lo tendríamos con nosotros, con mayor esplendor.
Terminada nuestra conversación, nos encaminamos a una de las
grandes portadas. Mi novia quería tomarse unas fotos, misión
que resultó bastante difícil, pues nos percatamos que todo
el tiempo, entraban y salían turistas y más turistas de la
portada, todos con la intención de tomarse fotos. Tuvimos
que esperar más de una hora a que se desocupe durante unos
minutos, para lograr la fotografía exclusiva. Con la
cantidad de turistas que visitan la fortaleza, es posible
que esa sea una de las puertas más transitadas de todo el
conjunto. Luego de tomar las fotos y visitar ampliamente el
conjunto, nos detuvimos en uno de los lugares y entonces, le
dije que la amaba y le di un tierno beso. Le dije que nunca
me dejara, que sin ella me moriría. Regresamos a la ciudad
para almorzar con la familia.
Mientras el taxi bajaba lentamente desde la fortaleza, yo
pensaba en la situación de mi novia. Ella tenía en su mente,
en algún lugar de su inconsciente a la fortaleza de
Saqsayhumán como uno de sus fundamentos psicológicos. La
misma situación sucedía conmigo, me di cuenta que en mi
mente inconsciente se hallan todas las fortalezas y templos
de la cultura Inca, como parte esencial de mi personalidad.
Y en verdad me parece que es algo muy bueno para los
cusqueños tener esas maravillas como parte de nuestra mente.
Les recomiendo amigos que cuando se sientan tristes y en
problemas, vayan a Saqsayhumán o a cualquier otro conjunto
arqueológico y descansen allí, tomen las energías que
contienen esos lugares. Con toda seguridad fueron hermanos
peruanos antiguos quienes los edificaron. Ir a Saqsayhuamán
es mejor que ir al médico, al psicólogo, al brujo o al SPA,
es muchísimo mejor. Regresemos a los fundamentos de lo que
somos, allí encontraremos paz y fortaleza.
***
El día de su viaje, mi novia se sentía
resuelta y decidida, no tenía temores y se hallaba dispuesta
a realizar sus propósitos. Sin embargo, y de manera
inconfundible pude ver una extraña expresión en su rostro.
Ya en el aeropuerto, minutos antes de su partida, nos dimos
un tierno abrazo y un beso.
-¿Cuántos días tardarás en volver? -Le pregunté preocupado,
mientras le tomaba de la mano con fuerza, como tratando de
impedir que se vaya.
-Que te vaya bien David, te dejo, me voy para siempre…adiós.
-Me dijo mientras me daba un fuerte abrazo con expresión de
tristeza, pero con una inquebrantable resolución.
Inmediatamente después caminó apurada hacia el ingreso de
pasajeros y se perdió detrás de la puerta. Y yo… me quedé en
el aeropuerto, incrédulo, sorprendido y sin saber qué hacer,
mientras observaba como caían los pedazos de mi corazón,
cual cuentas de cristal que se rompen al llegar al suelo.
FIN.
David Concha Romaña
2009
Fotografía propia. Saqsayhuamán. 2013.